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15 mar 2012

'Chronicle'

(Chronicle. Josh Trank. Estados Unidos / Reino Unido. 2012. 84 minutos) Aunque todavía sea pronto para aventurarse, por todo lo que todavía queda de año por delante, es posible que Chronicle sea ya el Attack the block de 2012. Esto es, la película sorpresa de la temporada que ha aparecido de no se sabe muy bien dónde, que sabe conectar con el público adolescente actual (y no sólo con el que lo fue hace veinte años), que ha sabido utilizar las redes sociales para organizar una campaña de marketing eficaz y que, por encima de todo, posee cualidades intrínsecas más que suficientes para que podamos hablar de ella como de una reliquia más allá de modas, dejando a un lado el hecho de que el boca-oreja vaya a auparla a los altares del cine cool. Más allá del fenómeno coyuntural en el que parece haberse convertido, Chronicle es una cinta inteligente, vibrante y contemporánea, capaz de llevar a un nuevo e insospechado nivel el género de las grabaciones encontradas y de convertirse, como ya muy bien han advertido algunos amigos, en lo más parecido que se ha podido ver hasta el momento a una adaptación en carne y hueso del cómic (y posterior película) de Katsuhiro Otomo Akira

LO MEJOR: Que, para variar, el contenido no esté limitado
por el continente.
LO PEOR: Algunos instantes en los que su credibilidad está
a punto de quedar en entredicho.
Habrá que seguir muy de cerca la carrera de Josh Trank, de tan sólo veintisiete años y que debuta aquí como director, así como la de Max Landis, hijo de veintiséis años del mítico John Landis y autor de la historia y el guión de Chronicle, porque con poco más de diez millones de dólares de presupuesto han conseguido crear una obra espectacular, apocalíptica, tensa y, al mismo tiempo, cargada de humor y energía netamente juveniles. Buena muestra de su inventiva es la manera en la que han conseguido superar las barreras que les impone este modo de filmación, siendo capaces, a través de un recurso de guión de lo más ingenioso, de filmar planos que no siempre tienen que ser subjetivos y que ayudan a sacar las imágenes del estancamiento al que se suelen ver sometidas en este tipo de películas. Curiosamente, hay otras ocasiones en las que caen en lo injustificado para presentar situaciones que no sirven para mucho (pienso, sobre todo, en la conversación entre uno de los protagonistas y la chica en el porche de la casa de ésta), pero son pocas y no empañan demasiado el resultado final. Pero lo más importante de Chronicle es que en ella pasan cosas, se desarrolla una historia (aunque no se explique el punto de arranque... algo que tampoco se echa en falta), los personajes evolucionan (o degeneran) y los conflictos se amplifican progresivamente hasta culminar en un clímax final rebosante de imágenes para el recuerdo. Aún con algunos problemas menores de ritmo y, sobre todo, de la manera en la que se fuerza el hecho de que siempre haya cámaras grabando (a veces sin lograrlo del todo bien, como ya he indicado), Chronicle es lo mejor que el subgénero nos ha dado desde Monstruoso (Cloverfield. Matt Reeves, 2007).

2 comentarios:

BORJA dijo...

A mi me ha gustado mucho muchísimo. He disfrutado como un enano. El recuerso de la cámara "volando" es tremendamente eficaz y original, dando planos que se alejan de la tosquedad y ofreciendo secuencias verdaderamente espectaculares (todas en las que vuelan) y otras bien meticulosas y oscuras (la escena de la araña, la pelea con el padre en el garaje).
En general, un puto caramelo al que se le perdonan esos bajones que comentas, como esa petarda que lo filma todo para su blog.

Pedro José Tena dijo...

Me alegro, Borja. El género del 'found footage' necesitaba cosas así, y no una entrega más de 'Paranormal Activity' o esa 'Devil inside' de la que tan mal están hablando. Es acojonante la manera en la 'Chronicle' sortea las limitaciones a las que le obliga este formato, lo cual me lleva a preguntarme por la necesidad de utilizarlo, aunque con recursos como el de la cámara voladora me ganaron por completo.

Estoy deseando que hagan la secuela, precuela o lo que sea, el caso es que quiero más.